La visita podía hacer que saliéramos llorando, o riendo. Las noticias fueron buenas y esperanzadoras, habían motivos para reír, y no llorar, pero la contención para el disimulo, y el saber estar, hizo que no se dieran señas de emoción.
Mas tarde, en la soledad de la carretera, llore y grite por una alegría contenida….
Mas tarde, en la soledad de la carretera, llore y grite por una alegría contenida….
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